En plenas vacaciones estivales, aunque a decir verdad, todavía ando cerrando flecos procedentes de otras obligaciones, me acuerdo con cierta nostalgia, aunque a algunos les parezca extraño, de mis alumnos. Como se que algunos de ellos siguen este Blog me gustaría especialmente dirigirme a ellos en estos momentos de zozobra y desconcierto. Resulta muy humano alegrarnos cuando se confirman nuestras previsiones, pero en este caso, el hecho de haber adelantado durante todo el año y haber comentado en clase las dificultades económicas que se avecinaban, no me produce ninguna satisfacción. Si la situación es muy complicada para los adultos, pienso en muchas ocasiones en estos alumnos, en general buenas personas, pero que, por la educación recibida y la sociedad que les rodea, están sumergidos en una burbuja protectora muy endeble, que irremediablemente va a estallar.
Me gustaría que encontraseis la fuerza necesaria para reaccionar, que empezaseis a valorar otro tipo de cosas y no solo el ser consumidores pasivos, que, en suma, supieseis que nadie os va a regalar nada y que tendréis que prepararos y esforzaros mucho más si queréis salir adelante. Podéis hacerlo, pero ¿queréis realmente luchar para lograrlo? ¿Queréis dejar de ser tan infantiloides y afrontar el reto de lo que está viniendo? ¿Luchareis por los valores de la justicia y la solidaridad, valores tan manidos que parecen ya desfasados?
A la vuelta del verano, seguiremos hablando de todo esto, y que conste que no es mi intención amargaros las vacaciones...